Principios vitruvianos y su influencia actual en la arquitectura

La Arquitectura es una ciencia que debe ir acompañada de muchos conocimientos y estudios. Según

   

El hombre de vitruvio

Muñoz 2011 “La arquitectura ha de despertar emociones en el hombre, la tarea de la arquitectura consiste en precisar emociones”. Esto se logra por medio del largo proceso del diseño arquitectónico, el cual es una habilidad que se adquiere mediante la práctica y el estudio de la teoría, resaltando así que la práctica es una continua aplicación del uso de proyectos realizados a mano, mientras que la teoría, es la que se puede explicar y demostrar. En este sentido, se dice que un arquitecto debe conocer a la perfección tanto una como la otra, ya que, el balance entre ellas produce un impacto favorable en los proyectos a realizar. Se destaca que dentro de la arquitectura se encuentran dos términos de gran valor: El significado y lo que significa, debido a que, la cosa significada es aquella que uno se propone tratar; y la significante, es la demostración desarrollada mediante principios científicos. Por lo cual se deduce que el que quiera llamarse arquitecto debe conocer ambas de una manera compleja.

Dentro del diseño arquitectónico se encuentran diversos aspectos como la forma y la función, aunque uno de sus aspectos más importantes es la técnica, que si bien da la idea de cómo hacer y crear objetos, espacios, edificaciones, entre otros, debe tomarse en cuenta para el desarrollo general del diseño, construcción, y utilidad de cualquier edificación, generando así los principios básicos de la arquitectura. Es allí donde el triángulo Vitruviano toma valor. Dentro de un proyecto arquitectónico estos conceptos proporcionan ciertas cualidades en una construcción, obteniendo como resultado una obra eficaz y óptima.

Se destaca que tanto la forma como la técnica marcan las pautas de los inicios de nuevas épocas, nuevos pensamientos y nuevas ideologías de proyectar y crear, de tal modo que es importante que la arquitectura se manifieste día a día con diversas y modernas técnicas. “Vivimos en una sociedad extremadamente dependiente de la ciencia y la tecnología, en que casi nadie tiene unas mínimas nociones sobre ciencia y tecnología.” Carl Sagan. Si bien es cierto, actualmente se han incorporado gran variedad de tecnologías al proceso de diseño de un proyecto, siendo estas de gran ayuda para los arquitectos. Sin embargo, todavía hay personas que desconocen totalmente de ellas o incluso las utilizan, pero, de una manera incorrecta, pues las mismas son muy complejas y por lo tanto requieren de un largo proceso de aprendizaje.

En este sentido, al plantearse nuevas vías de desarrollo y funcionalidad, no se debe menospreciar la historia o los conceptos anteriormente planteados y estudiados por diversos arquitectos o personas que estudiaron a fondo las mejores características que posee una verdadera y buena obra arquitectónica, tomando en cuenta todo el proceso que se necesita para poder llegar a ese resultado final, ya que la verdadera y buena arquitectura se da mediante el equilibrio entre ellas, sin añadir o restar importancia en las diversas características que presenta el diseño. Por lo cual se debe tomar en cuenta la importancia que posee el balance entre la parte teórica y práctica que todo arquitecto debe llevar a lo largo del proceso de diseño y creación de la obra.

 

Triangulo vitruviano

Cabe destacar, que el triángulo Vitruviano, consta de tres conceptos, estos son: “Firmitas” el cual se refiere a firmeza y estabilidad, “Utilitas” que se encarga de la función o utilidad, y por ultimo “Venutas” que es aquella que proporciona belleza o estética a cualquier obra arquitectónica. Estos principios forman parte de todo el diseño, desde la fase conceptual, hasta la implantación de un proyecto. Se dice entonces que se debe tener un balance entre ellos al momento de diseñar para que la obra tenga buenas bases, ya que la ausencia o proporcionar más importancia a uno de ellos, haría que la obra tuviera fallas o carencia de elementos que caracterizan a una buena obra arquitectónica.

Actualmente en diversos proyectos se le ha quitado importancia a estos principios, los cuales son relativamente teóricos y se deberían tomar en cuenta al momento de diseñar. “La arquitectura es monumental desde su mismo origen. Tiende a incorporar y agotar los medios de los cuales la comunidad dispone, no se conforma con resolver las demandas vitales, sino que las trasciende” (Llorente, Técnica, 2000). Esto significa que al momento de crear una obra, el arquitecto generalmente no se conforma solo con diseñar un proyecto que sea habitable o que corresponda a las demandas solicitadas por el cliente, sino que el perfecciona su diseño, haciendo que este se relacione con su entorno y también que posea un valor único, sea funcional y resalte según las características que el mismo incluye en sus diseños. En este sentido para que las obras puedan tener un verdadero valor arquitectónico deben validarse con algunos aspectos teóricos, entre los cuales se destacan los principios mencionados anteriormente.

En conclusión, es importante que al comenzar la carrera de arquitectura los estudiantes se validen no solo de la práctica que realicen a lo largo de los años, sino también de las bases teóricas que ofrecen sus profesores y sus propias investigaciones, de tal modo de que cuando se encuentren dentro del ámbito laboral sean arquitectos capaces de diseñar y plantear buenas obras arquitectónicas. “Eratóstenes no tenía más herramientas que palos, ojos, pies y cabeza y un gran deseo de experimentar; con estas herramientas dedujo correctamente la circunferencia de la Tierra con una enorme precisión y un porcentaje de error mínimo.” Citas de Carl. Se plantea entonces que no es necesario saber muchas teorías o leer enormes cantidades de libros, para obtener un buen proyecto, simplemente es necesario estudiar e implementar los correctas. En este sentido hay muchos principios o teorías, pero el valor que posee el triangulo vitruviano en la arquitectura es proporcionado gracias a que a través de él se crean los mejores aspectos arquitectónicos de una obra.